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El cultivo de cítricos en la Comunidad Valenciana, con sus 200.000 hectáreas y una producción de más de 4 millones de toneladas, ofrece la mayor concentración de plantas melíferas de toda la península ibérica y la de mayor interés y rentabilidad para nuestro sector apícola. Debemos tener en cuenta que los cítricos son plantas de polinización fundamentalmente entomófila y por tanto, producen abundante néctar en un órgano especializado, con un perfume atrayente , una vistosa corola y con granos de polen agrupados por una substancia pegajosa que facilita su recolección. Entre los artrópodos que visitan la floración de cítricos se han descrito Himenópteros, Dípteros, Coleópteros, Lepidópteros, Neurópteros, Acari y Tisanópteros. En zonas citrícolas que se encuentren próximas a otros cultivos o especies vegetales silvestres, la variedad de insectos es notable. ( Verdú , 1994; Comunicación personal).

Según la definición botánica, la polinización cruzada es el transporte del polen desde las anteras de una planta, hasta el estigma del pistilo de otra planta distinta. En variedades compatibles se produce la fecundación y ese grano de polen en contacto con el estigma, emite el tubo polínico y penetra en el ovario, transformándose el ovario en fruto y el óvulo fecundado en semilla. A parte de esta polinización entomófila realizada por insectos, en determinados casos, también debe considerarse la polinización anemófila. De esa forma, la intervención del viento en la polinización cruzada, debe ser tenida en consideración en parcelas de cítricos en las que se ha realizado un reinjerto con una variedad intercompatible, y también en variedades autocompatibles. ( Según las investigaciones de Barbier 1985, Prohens 1992 ). De cualquier forma, sería interesante la realización de estudios que determinen el papel real del viento en la polinización cruzada para las condiciones de la Comunidad Valenciana.

De esa manera, la floración del azahar es, en teoría, un paraíso para las abejas y las razones de su elevada rentabilidad apícola hay que atribuirlas a diversas causas. En primer lugar, unos reducidos gastos de desplazamientos al colmenar y traslados de la explotación. En segundo lugar, se debe considerar el mayor precio en el mercado del producto obtenido. Y en tercer lugar, no debemos olvidar la enorme importancia de la floración para la multiplicación del colmenar con vistas al resto de la campaña. Según los datos del censo apícola realizado en 1999, por la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, el número de apicultores en nuestra Comunidad ascendía a un total de 1664, de los cuales 813 tienen más de 150 colmenas, siendo el número total de colmenas de 354.756, dentro de las cuales 320.921 realizan trashumancia. De forma que la producción total de miel en la Comunidad Valenciana varia entre 6000 y 9000 toneladas/año, de las cuales entre un 40-50 % es de azahar.
Esas características indicadas hacen que la floración del azahar, tenga una producción teórica potencial cercana a las 9000 toneladas de miel de azahar/año, sin embargo, la producción real anual difícilmente alcanza las 5000 toneladas. El reducido porcentaje de aprovechamiento de la floración del azahar hay que asociarlo a estos otros factores: 1/ Riesgo real de envenenamiento derivados del empleo de plaguicidas en árboles en floración que diezman la población de abejas recolectoras. 2/ Escasez de asentamientos y de colmenas autorizadas. 3/ Condiciones meteorológicas adversas en el periodo susceptible de aprovechamiento.4/ Normativa restrictiva al respecto. 5/ Otras.

La problemática de los asentamientos de colmenas en cítricos se inició hace casi una década, rompiendo la convivencia pacífica de cientos de años. Es a partir de los años 90, cuando empiezan a proliferar las plantaciones de variedades híbridas de mandarinas, con el objetivo de prolongar el periodo de producción de mandarinas y “desestacionalizar” la oferta, sin tener en cuenta el hecho, ya constatado con anterioridad, de que causaban problemas de semillas al producirse la polinización cruzada entre estos mandarinos y el resto de variedades cultivadas.
Estos híbridos, introducidos de modo clandestino, se fueron extendiendo y con ellos el polen “contaminante” causante del problema, sin pasar ningún periodo de experimentación, ante la mirada, incompetente, irresponsable e impasible de la Administración y de las máximas autoridades en investigación citrícola del Instituto Valenciano de investigaciones agrarias. Desde entonces las distintas administraciones que han pasado por el Gobierno Valenciano, han coincidido en su invalidez manifiesta y en su incapacidad para solucionar el grave problema de la aparición de semillas en las mandarinas. Las únicas medidas puestas en marcha para tratar de limitar los efectos de la polinización cruzada entre plantaciones de cítricos, únicamente se han limitado a condenar inútilmente, a las abejas, a los apicultores valencianos, al resto de cultivos y al ecosistema en general.

En todo ese tiempo, desde La Unió, hemos denunciado esta inútil y cruel condena y hemos reivindicado la puesta en marcha de soluciones reales y definitivas al problema a través de una correcta planificación y reordenación de las plantaciones citrícolas presentes y futuras. Durante todos estos años, las denuncias y acciones de protesta del sector apícola de La Unió han sido numerosas las denuncias en los medios de comunicación, ante S.M. el Rey y el Defensor del Pueblo, manifestaciones de apicultores, acciones jurídicas, marchas de protesta e incluso huelgas de hambre, etc… No podemos olvidar que, aunque no existiera ni una sola abeja en la Comunidad Valenciana, el problema continuaría existiendo, porque el polen de los híbridos seguiría estando en los campos de cítricos y con él la polinización cruzada con el resto de polinizadores y por el propio viento, como ya se ha citado anteriormente.
Desde el Sector apícola de La Unió, siempre hemos tenido claro que no queremos ayudas sino soluciones. No estamos de acuerdo en percibir indemnizaciones por no producir, si estas no van acompañadas de medidas complementarias eficaces, sobre las plantaciones de cítricos presentes y futuras. Es por ello que es más adecuado hablar de indemnizaciones en lugar de ayudas y tan sólo de modo transitorio, mientras el resto de medidas para limitar las plantaciones de híbridos, consiguen reinstaurar la práctica de la apicultura en las zonas citrícolas de la Comunidad Valenciana. Tenemos muy claro que, los apicultores no están en contra, ni nunca lo estarán, de los citricultores, puesto que muchos de ellos comparten ambos oficios y son propietarios de plantaciones citrícolas. A pesar de la buena voluntad de los apicultores por solucionar el problema de la pinyolá, no se les puede criminalizar, cuando el verdadero origen del problema es una mala gestión de las plantaciones de cítricos, por parte de la Conselleria.

Para poder entender adecuadamente la problemática indicada, es necesario tener en cuenta, algunas nociones básicas del sector citrícola. La superficie mundial de cítricos ronda los 4 millones de hectáreas, con una producción que continua creciendo sin que los mercados crezcan lo suficiente para asumir la oferta. El primer país productor es Brasil, seguido de Estados Unidos, China y España que ocupa el 4º lugar, con cerca de 6 millones de toneladas al año. En España la superficie cultivable de mandarinas y naranjas, se ha incrementado en cerca de un 22 %, en tan solo 12 años, siendo Andalucía la comunidad que ha registrado un mayor aumento.
La Comunidad Valenciana posee una superficie citrícola de 200.000 hectáreas, lo que supone el 5 % de los cítricos de todo el planeta. El ritmo de crecimiento anual es de 10.000 nuevas hectáreas, lo que provocó en 1999 una subida del 10 % del precio de la tierra. En la campaña 99-2000, tuvo una producción de 4 millones de toneladas, lo que supone el 80 % de todo el Estado Español.
Nuestra Comunidad, ostenta el récord de costes de producción más elevados del planeta. Las causas de este triste récord, hay que buscarlas, entre otras, en el envejecimiento de la población y en las graves deficiencias de sus estructuras agrarias, caracterizadas por las tradicionales explotaciones minifundistas, atomizadas, dispersas y con una pésima distribución varietal.

La mayoría de las nuevas plantaciones son propiedad de grandes comerciantes y empresarios ajenos al sector que buscan el blanqueo de dinero. Además, como muestra de esta tendencia imparable, sirva de ejemplo el hecho de que en el año 99, la Administración Valenciana cedió a las presiones del sector citrícola y derogó un artículo de la ley forestal que consideraba automáticamente como terrenos forestales, todas aquellas tierras que hubieran estado sin cultivar durante más de 10 años. Esta medida, dejó en el mercado miles de hectáreas en comarcas tradicionales de secano y que están siendo trasformadas instalando sistemas de riego localizado.
El problema de la aparición de semillas en las mandarinas es tan sólo uno más, en la lista de problemas que afectan a la citricultura valenciana, inmersa en una crisis crónica. Las razones que explican esta grave crisis citrícola son múltiples y pueden dividirse en varios grupos:

1/ Deficiencias en las estructuras agrarias, caracterizadas por las tradicionales explotaciones minifundistas, atomizadas, dispersas y con una pésima distribución varietal, con elevados costes de producción.

2/ Problemas asociados a la calidad extrínseca del producto. En los procesos de producción, confección, transporte y distribución y las propias estructuras del mercado. Adaptaciones a las nuevas exigencias en seguridad alimentaria, límites de residuos de plaguicidas y requisitos medioambientales, que aseguren la calidad del producto demandada por un mercado cada vez más exigente. Sin olvidar que existe una superproducción importante de alrededor de 2 millones de toneladas, sin incrementos de la demanda y con comercialización de fruta de escasa calidad.

3/ Asociados a la propia calidad intrínseca de los cítricos. Se buscan unas características organolépticas específicas: contenido en zumo, naturaleza de los componentes aromáticos, equilibrio entre azúcares y ácidos, determinados en el índice de madurez, tamaño, textura, color, facilidad de pelado y la ausencia de semillas. (Según los investigadores del IVIA, R. Bono, J. Soler y A. Buj..2000)
La mandarina Fortune es, de los híbridos introducidos, la que más se ha extendido, a pesar de los problemas de producción y de alteraciones de la piel. Los buenos precios que se han pagado por ella en los mercados, han motivado que muchas plantaciones se reconviertan, mediante reinjerto o doblado con fortune. La reestructuración se ha realizado exclusivamente según las leyes de la economía de mercado, con una ausencia de planificación. Los problemas de polinización cruzada son ocasionados por esa introducción de híbridos compatibles con nuestras variedades tradicionales. En zonas de elevada parcelación, donde la cantidad de polen compatible es muy elevada, la probabilidad de fecundación muy alta y por tanto los problemas son extremadamente graves. Al alejarse de los focos de polen compatible (“contaminante”), se disminuye progresivamente la presencia de semillas, debido a que se va reduciendo la cantidad de polen compatible disponible. Otro factor a considerar es la coincidencia temporal de la floración de las variedades compatibles.
El primer paso para llegar a una posible solución es centrar el problema, cuantificando la superficie total plantada y localizando las plantaciones de híbridos para tener una idea de su incidencia real ( Según J. Pons; J. Pastor; M.Polls y A. Reverter. 95 Y 96).
Los estudios realizados sobre el efecto de la polinización cruzada entre variedades compatibles, indican que ésta provoca un incremento de la producció, debido a que hay un aumento importante de frutos cuajados, así como un aumento de su diámetro; todo ello unido a un aumento del número de semillas por fruto. ( Soost, 1956; Hassanein e Ibrahim, 1959; Wafa e Ibrahim, 1960c; Barbier, 1964; Zaurashuili, 1967 )
Los tratamientos repelentes sobre una de las variedades compatibles ( por ejemplo sobre los híbridos), combinados con tratamientos atrayentes en las clementinas, a partir del momento en que se empiecen a ver flores abiertas de ambas variedades, puede reducir de manera muy importante la polinización cruzada entre variedades compatibles de cítricos, y por tanto la aparición de semillas en ambas variedades. Además sería interesante hacer nuevos ensayos para estudiar si es posible aumentar la persistencia de los tratamientos repelentes ( Según J. Pons; J. Pastor; M.Polls y A. Reverter; 1995 Y 1996).
Como ya he comentado anteriormente, a principios de los años noventa surgieron los primeros problemas en el mercado de cítricos como consecuencia de la presencia de semillas en los frutos destinados a consumo en fresco. En concreto, el incremento de semillas en la campaña 92-93, motivó la reacción del sector citrícola y sus presiones a la Administración dieron como resultado la publicación del Decreto 40/93, de 8 de marzo, del Govern Valencià, sobre medidas experimentales para limitar la polinización cruzada en las plantaciones de cítricos. Esta normativa, obligaba a las colmenas a situarse a más de 5 km lineales de las plantaciones de cítricos en floración y autorizaba a los citricultores a realizar tratamientos insecticidas en plena floración.
Al año siguiente, concretamente el día 7 de marzo del 1994, el Gobierno Valenciano, aprobaba el Decreto 49/94, en el que se rectificaba y suavizaba el decreto anterior, reduciendo a 1 km la distancia mínima entre las colmenas y las parcelas mayores de 0.25 hectáreas de las variedades de mandarinos híbridos en época de floración ( Clemenvilla o Nova, Fortuna, Ortanique, Ellendale, Minneola, Wilking ).

Desde ese año 94 y en los 4 años siguientes, se mantuvo la prohibición del Decreto 49/94 y el problema permaneció enquistado y en fase de latencia.
Sin embargo, en la campaña 99 / 2000, al igual que ocurriera en la campaña 92/93, según estimaciones de las cooperativas, fue la peor campaña en 20 años, resultando ruinosa para el sector citrícola, con cotizaciones en determinadas variedades que no alcanzan a cubrir los costes de producción y donde los precios que se pagaron fueron los mismos de 15 años atrás. Y por primera vez en la historia, la producción de mandarinas superó a la de la naranja. Evidentemente la reacción del sector citrícola no se hizo esperar y dio como resultado la publicación del Decreto 33/2000, de 28 de marzo, del Gobierno Valenciano, sobre medidas para limitar la polinización cruzada entre plantaciones de cítricos. Este Decreto 33/2000, era como mínimo, inútil, ineficaz, ambiguo, discriminatorio y generador de conflictos.
Por todo ello, desde La Unió de Llauradors i Ramaders-Coag, al igual que hiciéramos con el Decreto 40/93, volvimos a interponer un recurso contencioso administrativo contra el Decreto 33/2000 en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana y presentamos una queja, que fue admitida a trámite en la oficina del Defensor del Pueblo. La inutilidad e ineficacia de este Decreto radicaba en que no llegó ha conseguir lo que pretendía, a saber, que no hubiera colmenas en la zona citrícola. Únicamente consiguió una substitución de unas colmenas por otras, puesto que el hueco que dejaron las colmenas que huyeron del Decreto, fue ocupado por otras colmenas sobre las que no eran aplicables las medidas previstas en el mismo.

Esas medidas, se reducían a discriminar y castigar únicamente a los apicultores valencianos, a la hora de optar a las ayudas establecidas por la Consellería con cargo a los presupuestos del año 2000. Demostrando así, la incompetencia e irresponsabilidad de La Administración al publicar un injusto Decreto que carecía de una absoluta gradación de penas, exigible en cualquier legislación.
El día 13 de febrero de 2001, se aprobó el Decreto 37/2001 sobre medidas para limitar la polinización cruzada en plantaciones de cítricos y se volvió a prohibir el asentamiento de colmenas, a menos de 5 kilómetros de las plantaciones de cítricos en floración.

Además de todas las características comunes a anteriores Decretos, esta nueva normativa del presente año 2001, ha incorporado importantes diferencias adicionales entre las que es necesario destacar:

1/ Las colmenas situadas en los asentamientos prohibidos, sean de la Comunidad Autónoma que sean, estén o no identificadas, podrán ser trasladadas de modo forzoso por la propia Conselleria y podrán aplicarse sanciones económicas a los infractores, de hasta 250.000 pts en unos casos y de hasta 10 millones en otros.

2/ Este nuevo Decreto 37/2001, contempla la existencia de posibles asentamientos autorizados, en los que excepcionalmente se podrían asentar colmenas en cítricos si se cumplieran 3 condiciones. Una de esas condiciones, resulta prácticamente utópica, ya que implica la obtención de un permiso por escrito de todos los propietarios de fincas de cítricos existentes en un radio de 1 km. Debemos tener en cuenta que, la dificultad de la obtención de los mencionados permisos, en esos teóricos asentamientos permitidos, todavía se ve incrementada con la actitud de su Conselleria que ha favorecido una injusta mala imagen de los apicultores, a los que se les ha colgado el sanbenito, se les ha utilizado de chivo expiatorio y criminalizado injusta e inútilmente. El clima de tensión es tal que son frecuentes los casos de envenenamientos y actos vandálicos contra los asentamientos apícolas. Una vez más la actitud de la Conselleria no ha favorecido la convivencia adecuada entre agricultores y apicultores y entre los propios apicultores.

El sector apícola ha sufrido las consecuencias de los sucesivos decretos (40/93, 49/94, 33/2000 y 37/2001) y se ha puesto en peligro directo de extinción a la apicultura valenciana, que ocupa los primeros puestos de la apicultura española, tanto en producción como en censo de colmenas y se está amenazando a toda la apicultura del estado. Con estos Decretos no se ha perjudicado únicamente a los apicultores que aprovechan la floración del azahar, sino que ha afectado a la totalidad de los apicultores españoles. Así es, esas colmenas desterradas del azahar han debido buscar otras floraciones alternativas, con grandes dificultades de asentamiento y superpobladas. Al superarse la capacidad de carga en esos escasos asentamientos disponibles, ha disminuido considerablemente la producción y se ha puesto en peligro la rentabilidad de esa floración y de la apicultura. Además se han creado tensiones y problemas entre los mismos apicultores y posibles molestias a otros usuarios del monte por la gran densidad de abejas, se ha puesto en peligro la convivencia adecuada entre agricultores y apicultores.

Los apicultores han sido obligados a un destierro forzoso y no sólo ha perjudicado directamente a las familias que viven de la apicultura, sino que además tiene efectos negativos mucho más cuantiosos, sobre otros sectores de la agricultura y sobre el ecosistema en general. Resulta indiscutible que el beneficio en polinización, llevado a cabo por las abejas y el resto de polinizadores, favorece la fecundación y fructificación, por lo que contribuye directamente en la conservación de especies amenazadas ( animales y vegetales ). De ese modo se garantiza la renovación y mantenimiento de la cubierta vegetal, reduciendo el riesgo de erosión, constituyendo una medida activa de protección. Sería necesario el desarrollo y puesta en marcha de programas de investigación que permitan evaluar y cuantificar los efectos beneficiosos producidos por los polinizadores en los ecosistemas valencianos.
Como consecuencia de la aplicación de estos Decretos, se produce un enorme déficit de polinizadores y se pierden esos efectos beneficiosos anteriormente indicados, causando un gran perjuicio sobre la biodiversidad y sobre ecosistemas amenazados. Debemos tener en cuenta que, por un lado están las abejas trasladadas voluntaria o involuntariamente, y por otro, el exterminio directo de polinizadores y otras especies, (algunas de ellas amenazadas) causado a través de pulverizaciones sobre los cítricos en floración, permitidas en los mencionados Decretos y con productos nada selectivos.
Esta normativa imposibilita, en gran medida, la producción de miel de azahar en la Comunidad Valenciana y aborta cualquier posibilidad de conseguir una marca de calidad para la miel de azahar. Se ha tirado por la borda años de esfuerzo en las negociaciones que se venían manteniendo para conseguir esa distinción. De ese modo se genera un déficit de miel de azahar, crea un vacío de mercado que favorece la entrada de mieles de importación que pasan a ocupar ese terreno ganado a pulso día a día por nuestras mieles de calidad y que difícilmente puede recuperarse.

En este año 2001, las múltiples acciones de protesta de los apicultores de La Unió han empezado a dar frutos y han conseguido arrancar a La Conselleria un compromiso firme de regulación del sector citrícola, aceptando muchas de las históricas reivindicaciones de La Unió. Esperemos que esos compromisos verbales se materialicen en hechos reales, dando el primer paso para solucionar este cancer que afecta a la citricultura y la apicultura.

Sirvan estas líneas de reconocimiento y agradecimiento al esfuerzo y la lucha de los apicultores/as y a todos los que han contribuido a lo largo de estos años en la defensa de los intereses de los apicultores valencianos.

Fdo. Enrique Simó Zaragoza.
Técnico Apícola de La Unió de Llauradors i Ramaders-Coag

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