Hoy hace 4 meses desde el inicio de esta campaña para que la UNESCO declare la apicultura patrimonio inmaterial de la humanidad. Todo empezó con una idea sencilla de agradecimiento para devolver a la apicultura y a las abejas todo lo que han aportado a mi vida. Ahora esa semilla minúscula, se ha convertido en un árbol poderoso con 110.000 hojas, que sigue creciendo y fortaleciendo para para acercarse al objetivo.