Desde mediados del siglo XX, el ácaro Varroa destructor ha puesto en jaque a la apicultura mundial tras saltar desde la abeja asiática Apis cerana) a la abeja occidental (Apis mellifera), una especie sin defensas naturales frente a este parásito.
Originado en Asia, este ectoparásito se ha expandido por todos los continentes, provocando colapsos masivos de colonias, actuando como vector de virus y afectando gravemente la salud y productividad de las colmenas.
Para combatirlo, los apicultores han recurrido a acaricidas químicos, pero estos han generado residuos, efectos tóxicos y resistencia en los ácaros. A pesar del impacto, se han identificado poblaciones de abejas con cierta tolerancia natural, y se han logrado avances en genética para criar abejas resistentes, como las VSH desarrolladas en EE. UU.
📄 Puedes leer el documento completo para conocer la cronología de su expansión global y estrategias de tolerancia natural de las abejas frente a esta grave amenaza.